Cuando voy a lugares donde hay niños y niñas, observo las interacciones de hijos, padres, madres, abuelos y abuelas. ¡Decidle entretenimiento o deformación profesional! Expresiones, actitudes, lenguaje no verbal y verbal… Ayer fuí a una playa muy concurrida y, está claro, ¡ llena de niños!
Tres cosas me llamaron la atención. Una pareja de padres de unos 20-22 años con un niño de unos 24 meses, acompañados de sus amigos jovencitos (cuatro chicas y tres chicos). El niño quería un zumo, la madre le decía que no había zumo y que si te pica te rasques. Era la hora de comer. Todos los «machos» habían desaparecido y estaba la madre y las cuatro amigas. Cuanto más lloraba el niño, más la madre le hacía comentarios como el anterior. Me sorprendió la impasibilidad de las chicas y la nula interacción corporal con el niño. Finalmente se durmió de cansancio por el llanto. A veces apelamos al instinto. Pero es difícil cuando tu cabeza está todavía en la adolescencia y vas a la playa con un niño a jugar con tus amigos al póquer.
La segunda escena fue un papa que no paraba de fotografiar con su móvil a su hijita de 4 años muy linda haciendo todas las «poses» que le pedía el padre. La madre también estaba, la hermana más grande también… pero todo pivotaba sobre la niña. Pensé si colgaría las fotografías en el face.
En la tercera escena, también una madre sola. Bajo la ducha de la playa, su hijo, también de unos cuatro años, se había lavado los pies y había pisado la arena para ir al empedrado. Los gritos fueron monumentales por haberse movido y no quedarse quieto exactamente donde la madre decía.
A veces apelamos al instinto. En estos casos, sencillamente no había escucha hacia las necesidades del niño. Sencillamente los padres y madres estaban más centrados en sus necesidades que en las necesidades de los niños menores de cinco años que tenían a cargo.
La carencia que más percibo últimamente en estas escenas, es la poca educación emocional de los padres y madres. Es la asignatura pendiente dado que la inteligencia emocional es un pilar básico en el crecimiento personal. Pero la mayoría de la población todavía no hemos sido educados. Y es difícil educar a los niños si los padres y madres no hemos sido educados.
Os dejo un artículo interesante de Eneara Amarillo que habla de este maltrato sutil que a veces hacemos sin ni darnos cuenta. Todos. Con más o menos intensidad. Porque cuando veo todo esto pienso… ¿Y yo? ¿Qué hacía cuando mis hijos eran pequeños? Y algún remordimineto de conciencia tengo…